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¿Qué Onda con Jóvenes Construyendo el Futuro? Por: David Aguilar

Jóvenes Construyendo el Futuro es un GRAN programa, de los más eficaces del gobierno federal actual. El alma del concepto es grandiosa: por un lado crear condiciones para que un enorme sector de la población -apodados peyorativamente en sexenios anteriores como Nini’s- construya capacidades y herramientas intelectuales PRÁCTICAS para salir de esa condición, mientras obtienen un modesto pero MUY útil sueldo; y por el otro extremo apoyar a microempresarios, y más importante: a “nanoempresarios” y hasta “picoempresarios” (usando la chocosa semántica tecnócrata): carpinteros de traspatio, mecánicos, pintores de brocha gorda, plomeros, etc. que de otra forma no accederían a ningún tipo de crédito en la banca comercial y para los que tampoco había ningún tipo de apoyo gubernamental, con una especie de ‘subsidio a fondo perdido para la productividad’ a la manera de trabajadores gratuitos o subsidiados por el estado.

Es, por donde lo veamos, como decimos allá donde yo nací: a win-win deal.

Este programa ha sido criticado (injustamente, para mi gusto) desde varias aristas; aquí algunos de estos silogismos políticos o visiones miopes:

▪ “La corrupción del Vamos a Michas” .

Se están dando casos de corrupción mediante la simulación del trabajo, en un “sistema de micha y micha”.

Esto sucede (las menos de las veces, pero está pasando) en base al nuevo enfoque gubernamental -que vemos hasta extraño para los estándares previos- de Buena Voluntad y confianza en la palabra con que se está aplicando en este y la mayoría de los programas del nuevo gobierno.

Discusiones aparte sobre la sanidad de este nuevo enfoque, los casos REGISTRADOS -ojo: ve-ri-fi-ca-dos, no capturas de pantalla virales en redes politizadas- de corrupción en esta modalidad son desproporcionadamente pocos respecto a los de uso correcto de tal programa, y es tristemente normal: en efecto siempre habrá vivales que busquen delinquir (con visiones de buena voluntad o sin ellas), pero seamos claros: este programa no inventó a los corruptos ni los está incentivando, y por contra está generando círculos virtuosos de generación económica legítima, capacitación práctica MUY necesaria (a este país le sobran licenciados en filosofía y letras, ingenieros en ciencias y doctores en comercio internacional, y le faltan con desesperación técnicos-en-lo-que-me-digas, que es lo que genera este programa).

Esta crítica es más ardor político que realidad.

▪ “Manteniendo inútiles con nuestro dinero útil”.

Se acusa al estado de dispendiar una cantidad enorme de recursos (84 mil mdp al año, una vez que el esquema opere al 100%) en ‘inútiles’, sin embargo difícilmente podemos encontrar una forma más útil de invertir el dinero público que inyectándoselo directo y sin escalas a la base de la economía: apalancando con fuerza de producción a decenas de miles de micronegocios, dándoles un trabajo MUY ÚTIL a los cientos de miles de jóvenes desempleados mexicanos, e invirtiendo en capacitación PRÁCTICA a los que serán los microempresarios o trabajadores especializados de la siguiente generación.

▪ “Se lo están gastando en pendejadas”.

Sip. Ha habido casos desafortunados de jóvenes mostrando alegremente en las redes cómo se gastan esos $3’600 mensuales en alcohol, videojuegos, celulares y hasta putas.

Sin embargo, además de que también, como en el caso de ‘las michas’, son más bien anecdóticos que representativos, tenemos que aceptar dos verdades duras pero ciertas como puños:

Verdad 1: Cada quien se puede gastar el dinero que SE HA GANADO CON SU TRABAJO como le dé su rechingada gana. Punto. NADIE cuestiona a los trabajadores ni a los empresarios por cómo se maman su feria, y DOY FÉ de que se lo gastan mucho menos juiciosamente que esos chamacos…y también en putas.

Y Verdad 2: -quizá más incómoda para esos ‘críticos puristas de la administración personal y enemigos del dispendio’- es que olvidan convenientemente que cuando tenían la misma edad de esos becarios, tiraban con singular alegría ese y más dinero (y que por cierto ni siquiera habían ganado con el sudor de su frente sino sólo por ser hijos aburguesados de algún clasemediero esforzado), en pendejadas todavía más estúpidas, como pedas, equipos de audio pa la nave, tennis Reebook… y putas.

▪ “Siempre los mismos acaparadores”

El programa está siendo usado -de manera contraria al alma del mismo- por las grandes corporaciones, quienes están incluyendo en su plantilla laboral volúmenes ingentes de estos muchachos.

Aquí sí, a las reglas de operación les falta una visión social y de enfoque especializado hacia los “changarros” de los que hablaba Fox.

Hay que presionar para una revisión de tales reglas de operación, sin embargo, con todo y ello, la convocatoria dista mucho de estar saturada (de hecho, la meta a fin de año corre el riesgo de no cumplirse), por lo que queda mucho headroom para el emprendedor chiquito (y no, no les doy nada).

Aquél que esté vociferando que “los acaparadores de siempre se están llevando las oportunidades!” debería dejar de perder el tiempo escribiendo eso en internet, y usar ese mismo medio para registrar su negocito y obtener cinco becarios -si es persona física- o hasta veinticinco -persona moral-; Hay que ser pendejo para rechazar hoy día chalanes gratis.

En resumidas cuentas, creo firmemente que este es uno de los aciertos de esta administración, que está sembrando responsablemente y con visión de nación en la generación actual de generadores de dinero público y simultaneamente en la generación a la que estamos a punto de entregarle esta maltrecha economía.

¿Soy ‘Chairo’ aplaudiendo entusiastamente esta política pública?

No. Busco reconocer lo bien hecho por mi gobierno.

¿Soy ‘Fifí’ cuando critico vorazmente las pendejadas de este gobierno?

Tampoco. Busco ser un ciudadano crítico que entregó su voto pero de ninguna manera extendió un cheque en blanco.

¿Desconcierto a ambos grupos al regalar por igual aplausos y rechiflas a los que nos gobiernan?

Lo lamento, pero creo firmemente que debemos dejar los fanatismos para cosas menos trascendentes como el futbol: en la vida pública los goles o su falta mejoran o fastidian el futuro de nuestros hijos, y con eso no pienso jugarle al ‘Progol’.

Basta de bandos pendejos. Todos somos un sólo bando: ciudadanos de un país al que han jodido todos los colores; tricolores, azules, amarillos, naranjas y guindas. Basta ya de envolverse con la bandera de un partido y aplaudir fanáticamente pendejadas o en el otro extremo criticar ácidamente lo bien hecho sólo porque “no lo hizo mi partido”.

Neta México: dejémonos de mamadas y asumamos una posición ciudadana responsable, desde la que tenemos LA OBLIGACIÓN de criticar las estupideces y corruptelas y APLAUDIR lo bien hecho. Los políticos son NUESTROS EMPLEADOS, no iluminados santones a los que hay que aplaudirles cualquier ocurrencia por estúpida que suene, y también son NUESTROS REPRESENTANTES a quienes hay que respaldar y reconocer sin encono los aciertos, que serán de todos.

Ni Chairo ni Fifí: yo ya cumplí la mayoría de edad.

Y en esas estamos.